Cochamal Agosto 13 de 1851
Señor: Teniente Coronel del ejército Don Mariano Zamora sé que te hallas en esa capital y antes de dejar este mundo por mi edad avanzada y males, me tomo la libertad de incluirte el parte original de la batalla de Higos Urco, que como un documento de gran valor; he conservado en mi pecho lleno de veneración y placer. Tú sabes que contiene hechos altamente heroicos y que no deben mantenerse olvidados, mientras hay personas y hay testimonios que lo acrediten. Sabemos así mismo que lo que presenciamos el día miércoles 6 de junio de 1821 en los campos de Higos Urco fue
sublime, fue heroico y entusiasta, día que eternamente llenará de gloria. No puedo olvidar, amigo, la conducta que manifestaron esas verdaderas heroínas. Con que gracia y denuedo se disputaban, unas el puesto de los combatientes. Sí amigo que la posteridad, no carezca de hechos tan remarcables, corresponde al Congreso y al Supremo gobierno considerar por una parte a los valientes de ese ejército, que aun mérito, como de abundantes recursos de prosperidad en un suelo dividido por el dedo de la sabiduría.
No olvides que la batalla que me ocupo, fue el resultado de una oculta combinación bien meditada entre los realistas que existían en las grandes ciudades del Perú con el secretario Padridas del Obispo de Maynas, que de ellas estaban pendientes, para la ruina o progreso del General San Martín, que el Español Matos, caudillos de las fuerzas que nos combatieron fue mandado con ese fin llevando recursos e instrucciones y como fue vencido, se cimentó la causa de la Patria.
con arma blanca. Al producirse el choque entre ambos grupos, temiendo que la superioridad numérica Española se impusiese, el pueblo irrumpió masivamente en el campo haciendo retroceder a los realistas con todo lo que tenía a su alcance.
Tras sufrir numerosas bajas, los realistas con todo lo que tenía a su alcance. Tras sufrir numerosas bajas, los realistas se retiraron en desorden en dirección a Moyobamba, fueron perseguidos hasta el lugar llamado ventanas, donde hubo un segundo enfrentamiento.
Cuenta Nicolás Rebaza, en sus “Anales del departamento de la Libertad en la guerra de la independencia” (1894), que durante el choque en ventanas los jefes Españoles huyeron por el río, manteniéndose en combate con la bandera realista un grupo de Peruanos, al mando de un sargento Chachapoyano de apellido Rojas, a quien fue muy difícil doblegar.
En su parte de guerra, el comandante Arriola mencionó el valor exhibido por este sargento y pidió sea perdonado y recomendado para ingresar el ejército patriota, lo que efectivamente ocurrió.
En Higos Urco destacaron por su heroísmo los tenientes José Félix Castro (Trujillano), Francisco Salas (Chileno) y Evaristo Tafur (Chachapoyano). La mujer Amazónica estuvo representada por la heroína Matea o Matiaza Rimachi, que ha pasado a la posteridad como la heroína de Higos Urco (Luis Antonia Eguiguren, Tomas Pizarro, 1959).
Hubo una segunda batalla, también en Higos Urco, cuando el sargento Cárdenas y Nicolás Quiles se levantaron en armas contra los patriotas en 1622, tomaron la guarnición del río Putumayo y atacaron Moyobamba y Chachapoyas. Una columna patriota, formada fundamentalmente por voluntarios lugareños, los enfrentó el 6 de setiembre y la victoria fue otra vez de los independentistas. La historia recuerda entre los patriotas Amazonenses a Mariano Aguilar, Manuel Rodríguez, Luis Zagaceta, Lucero Villacorta, Juan Reina, José Fabián Rodríguez y Dionisio Hernández.
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