Thursday, June 20, 2013

DOS COSAS CIERTAS

Solo dos cosas son ciertas en este universo: la colisión de la Vía Láctea con la galaxia de Andrómeda y el lento, fatal, enframiento del Sol. Todo lo demás es solo probabilidad.
Se dice, coloquial y humorísticamente, que solo hay dos cosas seguras
en este mundo: la muerte y los impuestos. A nivel cósmico, sin embargo, estas realidades palidecen por verdaderos procesos que podríamos denominar catastrófico de no ser porque esa es la esencia misma del universo: el caos, la colisión, la destrucción creadora. Una especie de dialéctica cósmica que es en su inmensidad donde resulta apabullante.
Así, como propone Ray Villard en Discovery, en nuestra vasta residencia cósmica solo dos sucesos son igual de inevitables: la violenta fusión de la galaxia de Andrómeda y la Vía Láctea; y, por otra parte, la muerte del Sol, la raison d’être de nuestro sistema.
Del primer acontecimiento la información circuló con bastante profusión en días pasados, cuando astrónomos del Instituto Científico del Telescopio Espacial de Baltimore, en Estados Unidos, dieron a conocer que las galaxias se encuentran en un estado natural de colisión y mezcla, proceso que no excluye a las dos mencionadas, las cuales eventualmente terminarán fusionándose en una sola.
Este proceso está impulsado por una de las fuerzas más consustanciales del universo, sin la cual este no se explicaría y que de alguna manera lo mantiene cohesionado y en orden: la fuerza de gravedad.
En cuanto al Sol, su consumación es un tanto más elocuente, poética incluso, pues como sabemos su cuerpo pierde calor inevitablemente hasta que llegue el día en que se enfríe por completo. Esto sucederá dentro de 6 mil millones de años (2 mil millones de años más que la colisión galáctica).
De acuerdo con Villard , fuera de estos dos sucesos, lo demás es meramente probabilístico. Se habla, por ejemplo, desde la Teoría del Caos, de un eventual choque entre Marte y la Tierra, en un par de mil millones de años. Igualmente hay una probabilidad ínfima (pero no inexistente) de que una estrella o un agujero negro pasen cerca del Sol, con terribles consecuencia para el astro. Curiosamente, aunque inciertos, estos eventos incrementan la probabilidad de que sucedan conforme Andrómeda y la Vía Láctea se acerquen entre sí.
Y es que aunque ahora sepamos con cierta precisión cómo se originó el universo, sobre su fin no caben más que especulaciones, según acepta el propio Villard. Uno de los escenarios más inquietantes (pero de algún modo comprensible) es el que propone la física cuántica, según la cual se dará una “transición de fase” en la que el universo dejará de existir súbitamente para dar paso a una ola de nada que se propagará por el espacio a la velocidad de la luz.
El resto… el resto es silencio.

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