Monday, May 27, 2013

OLMAL YSU HISTORIA (DE CHACHAPOYAS NET)

OLMAL Y SU HISTORIA: CUANDO UN PUEBLO RETA AL DESTINO

Chachapoyas, 26-05. Cuando el vehículo culmina la empinada pendiente que parte en el antiguo pueblo de Sonche, impacta agradablemente a la vista el verdor de los cerros, cubiertos de grandes campos de
pinos, contrastando con las colinas vecinas, que solo albergan arbustos y maleza.
Y si uno se acerca aún más a la población asentada en medio de una gran meseta, puede observar en medio una progresista escuela y en su centro, grandes invernaderos que protegen más almácigos de jóvenes pinitos, que esperan ser trasplantados.
Son el producto del esfuerzo e iniciativa del pueblo de Nuevo Olmal, una comunidad que supo sobreponerse a las adversidades y que encontró su camino luego de una década de trabajos y esfuerzos en los que todos, grandes, pequeños, mujeres y varones, brindan su aporte.
Y decimos una década, porque es ese tiempo que transcurrió desde que el viejo Olmal, ubicado casi en la divisoria de aguas de la cordillera que limita con Vituya,  se hundiera; llevándose consigo casas, cultivos y la forma de vivir tradicional de sus habitantes, dejándolos sin tierras ni futuro en el que pudieran confiar.
En el viejo Olmal los terrenos son alcalinos, buenos para la siembra de alverjas, frejoles, y otros granos que garantizaban la alimentación de su población, la puna, y de ello vivieron sus pobladores durante años, al igual que sus vecinos de Vituya y Sonche.
Luego de los intensos deslizamientos que sufriera la zona durante el año 2002, los habitantes no tuvieron mas remedio que abandonar los restos del pueblo y asentarse en lo que parecía una prometedora planicie, donde podrían continuar con la forma de vida que tuvieron.
Sin embargo, luego de instalarse e iniciar los cultivos, se dieron cuenta que los frejoles, las habas y demás granos que solían sembrar en el viejo pueblo, no crecían allí, el terreno era muy ácido y no permitía que las plantas siquiera se desarrollen, menos que florezcan o fructifiquen.
Y es que cuando no hay opción de mirar atrás, es cuando el ingenio, el sentido común, la inventiva y la capacidad del hombre peruano se pone de manifiesto, haciendo realidad el viejo refrán que aconseja: Si del cielo te caen limones, aprende a hacer limonada.
Tal parece que por aquí cayeron limones por la acidez del suelo; y los pobladores de Nuevo Olmal, en lugar de dejarse llevar por el desánimo, encontraron que hacer con ella.
Segundo Miguel García Alvarado, entonces recién electo Alcalde de Sonche, vio en Porcón un ejemplo para replicar en la zona, y trajo de allí semillas seleccionadas de Pino Radiata y Pátula, adecuadas para los pisos altitudinales de la zona.
Muy pronto la semilla se hizo almácigo, el almácigo plantón y los plantones se convirtieron en robustos árboles, que cambiaron el color de las frías colinas de la zona. Al ver el éxito del sembrío, vieron que también se podía imitar la buena experiencia de los hongos. Y la replicaron también.
La tarea fue un trabajo conjunto de la municipalidad que elaboró el proyecto y lo administra, de los pobladores que participan aún en él y principalmente de los niños que desde la escuela ven y son parte de la tarea de forestación, que cambió para siempre la vista y la historia de su pueblo.
Hoy, el proyecto se sigue ejecutando, hay 200 hectáreas de pinos que tienen ya diez años, igual que el pueblo; en sus viveros tiene 28 mil plantones más que pronto estarán en las faldas de sus colinas y los colegios de primaria, segundaria y nocturna enseñan a amar el trabajo.
Y las ideas siguen apareciendo, y haciéndose realidad, luego del pino y los hongos, tuvieron que luchar contra las vacas que arruinaban los plantones, e instalaron un sistema de cercos eléctricos que hoy da seguridad a los viveros.
Pero como las vacas también pueden ser una alternativa de solución, no se trata de ahuyentarlas solamente, hay que aprovecharlas, y ahora consiguiero un sistema de cultivo hidropónico de pastos, que permitirá alimentarlas sin depender del suelo ácido de Nuevo Olmal. Y pronto también producirá leche y carnes de vacuno.
Pero hay más. Muy cerca de Olmal se encuentra Churillo, a orilla de carretera. Se puede ver y visitar las viviendas circulares que construyeron en él los Chachapoya, y más abajo, a orilla del rio, está Sonche, la capital del distrito con sus antiguas casas y la gran iglesia colonial en su centro.
Todas estas potencialidades están haciendo pensar a los habitantes de Nuevo Olmal en nuevas ideas para generar más desarrollo: Articular los Restos de Churillo, el antiguo pueblo de Sonche y la experiencia innovadora de Nuevo Olmal, para generar un producto turístico.
Piensan también que será un gran desperdicio el vender su madera en troncos o en tablas, como lo hacen Mendoza, Jumbilla, Luya y los demás centros madereros de la región, mientras que en la ciudad, la gente compra muebles de aglomerados fabricados en Brasil o Colombia.
Ellos quieren hacer de sus hijos expertos carpinteros para que en 5 años más, cuando los pinos maduren y la tala se inicie, puedan darle valor agregado a su madera y venderla como camas, armarios, roperos, juegos de sala, comedor, puertas, ventanas, pisos, y sacarle el verdadero valor que ellos le dieron con su sudor, su esfuerzo y su tiempo.
Pero ahora si no pueden hacerlo solos, necesitan del apoyo y la presencia de la Región, ONGs, y todos quienes puedan poner pies a sus sueños de progreso, que intervengan con inversión, fondos semilla, formación, mercados, capital. Lo necesitan, lo esperan y lo merecen.
Han demostrado capacidad y eficiencia en el administración de su riqueza: su trabajo; su potencial: su ingenio, su patrimonio: sus hijos. Pueden y deben hacer más, es una buena inversión apoyarlos.
Y quizá esta es también la historia de muchos pueblos de Amazonas, que nosotros, los de la ciudad, apenas vemos polvorientos al pasar velozmente, con la luna cerrada, sin pensar que ellos tienen el secreto y la llave del desarrollo de nuestra región.
En ellos están los recursos que esperan ser procesados, creando riqueza con valor agregado, están las manos tienen la capacidad de producir, transformar, no como las de la ciudad que se limitan a comerciar, administrar, vegetar.
Finalmente, como lo demuestra Nuevo Olmal y su gente, también está la gente que sabe pensar, que con la persistencia del peruano que acuñó la frase: “Sacarle Peras al Olmo” sabe saborear el éxito arrancado a la adversidad.
A ellos debemos acudir. Y aprender.

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